AGROTECNOLOGÍA EN LA CIENCIA FICCIÓN… ¿ESTAMOS CERCA O LEJOS?
Gonzalo Martín Díaz, Director de Desarrollo de negocio, estrategia e I+D+i en Hispatec –
Relación con M. DigitalAgri/ETSIAM
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Owen Lars y su granja de humedad fue mi primer contacto inconsciente con la agrotecnología (AgTech). Si, el tío Owen, que junto con su sobrino Luke querían comprar robots (de dudoso origen) a los Jawas, porque necesitaban alguno que entendiera binario para comunicarse con los evaporadores de humedad. Sinceramente, el componente de ficción cada vez lo veo más reducido.
Pero no solo en las aventuras de un granjero de Tatooine de una galaxia muy, muy lejana encontramos ejemplos e inspiración sobre cómo la agricultura tecnológica se puede desarrollar (para bien o para mal).
Frank Herbert en la magnífica Dune, pone en el centro de la conversación la terraformación, el estudio ecológico, el control meteorológico y dos modelos de granjeros de especia, el de los extranjeros de Arrakis con su maquinaria pesada y los Fremen con su enfoque coral y sincronizado con el medio (con los gusanos de arena).
Un miembro del panteón de la ciencia ficción, Isaac Asimov, trata de diversas formas la agricultura y la tecnología. Desde la serie la Fundación, donde cientos de planetas producen exclusivamente para alimentar Trántor y su inmensa población-funcionaria, hasta en sus cuentos cortos o sus varias obras sobre robots.
En la obra de Asimov hay múltiples ideas que no nos son lejanas: Multivac como gran computador global decidiendo qué plantar y cuando, gestionando la producción de las granjas de levaduras, sociedades robotizadas donde incluso las abejas polinizadoras son robóticas (y pájaros robóticos realizan el control de las mismas), adaptación de variedades y biotecnología avanzada para adaptar especies a otros planetas (Asimov no es prolífico en crear especias vegetales y animales en otros mundos, todas suelen ser de origen terráqueo), etc.
Hay muchísimos ejemplos de agrotecnología en la ciencia ficción, casi siempre de fondo, desde las impresoras de alimentos (y de cualquier cosa) en las sociedades de Star Trek hasta las penurias que pasa Matt Damon como protagonista de The Martian para cultivar.
En muchos de ellos encontramos ejemplos de automatización de labores por robots o de decisiones por inteligencias artificiales o la combinación de ambas (en definitiva, la automatización de procesos físicos y “mentales”), además de biotecnología (adaptación de variedades, creación de superalimentos en “fábricas”, etc).
Sinceramente, seguimos dando pasos en el desarrollo de la agrotecnología a la velocidad que la ciencia agronómica, biológica, matemática, química, física, de computación, etc. nos permite. La ciencia ficción nos permite soñar con posibles aplicaciones, impactos y caminos, unos mas cercanos que otros, pero el diferencial entre el presente y lo que soñamos podría ser una constante universal, dado que, para el cuentacuentos mesopotámico, tener máquinas que aran automáticamente, especies adaptadas, biofertilizantes, la lucha biológica o tener fotos satélite para tomar decisiones no era otra cosa que…ciencia ficción.